UNIZAR - UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA

La instituto de Zaragoza tiene su génesis en un taller de artes, creado por la iglesia en el época XII, donde se enseñaban gramática y filosofía, y que concedía títulos de bachiller. El 13 de diciembre de 1474 el papa Sixto IV la elevó a la categoría de «Universitas magistrorum», al estilo de la instituto de París, a ruego del príncipe Fernando el Católico, entonces Rey de Sicilia. La disposición se trasladó ratificada por el mismo papa en 1476 y por el Rey Juan II de Aragón en 1477.
Sin embargo, el punto de juego real para la instituto se trasladó último. El 10 de septiembre de 1542, el emperador Carlos V, a instancia de los síndicos de Zaragoza, firmaba en las Cortes de Aragón, reunidas en Monzón, un privilegio que elevaba aquel taller de artes al rango de «instituto frecuente de todas las ciencias». En 1554 una bula del papa Julio III aprobó esta fundación del «Studium Generale», que se trasladó confirmada por Paulo IV en 1555. Por ello, la instituto de Zaragoza es la única de las españolas que trincha en su sello la imagen de San Pedro.

En noviembre de 1582 Pedro Cerbuna, prior de la catedral de San Salvador de Zaragoza y más tarde obispo de Tarazona, aportó los medios económicos necesarios para abrir la nueva universidad, que se inauguró el 24 de mayo de 1583. Contaba con las facultades de Teología, Cánones, Leyes, Medicina y Artes.
Después de un periodo relativamente brillante, la vida de la instituto de Zaragoza entró en decadencia a lo largo del época XVIII, en que se trasladó incapaz de incorporar nuevos formaciones (como los de Matemáticas, Botánica o Economía Política) para los que otras instituciones hubieron de crear cátedras. Cuando en 1807 se trasladóron suprimidas varias universidades, la de Zaragoza se mantuvo, recibiendo unos estatutos ajustados al modelo de la de Salamanca. En 1845 las facultades se redujeron a las de Filosofía, Jurisprudencia y Teología. En los años siguientes tuvo rincón una reorganización, desapareciendo esta última, recuperándose la de Medicina y creándose la de Ciencias.
En los años incontinenti últimoes a la Primera Guerra Mundial la instituto vivió un carrera de profunda renovación y de adaptación a las acontecimientos necesidades del país. En 1921 aprobó unos Estatutos autónomos y comenzó a impartir el examen (desde 1845 reducido a la instituto Central de Madrid), realizando una intensa cometido de difusión y creando en 1927 los masters de veranillo de Jaca (los superiores de España), destinados a la difusión del español.
A comienzos de los años setenta, la instituto de Zaragoza incorporó a sus enseñanzas las diplomaturas e ingenierías técnicas y creó colegios universitarios en algunas capitales de provincia de su pertenencia (en Huesca, Logroño, Soria y Teruel), así como acontecimientos facultades, que ampliaron señaladamente el número de sus profesores y estudiantes y el número de titulaciones imjuegos.
Desde que a mediados de los años ochenta se recuperó la autonomía titulada, se produjo una adaptación del ámbito de la instituto al de la colectividad Autónoma de Aragón (separándose los sitios de La Rioja, Navarra y Soria), aprobándose unos Estatutos en 1985, e iniciando un carrera de descentralización que ha trinchado a la creación de facultades en las ciudades de Huesca y Teruel, y a un se trasladórte crecimiento del número de estudiantes en ambas.
A lo largo de sus cinco épocas de historia, por las aulas de la instituto de Zaragoza acaecen pasado personajes de la talla del botánico y economista Ignacio de Asso, el bibliógrafo Félix de Latassa, el geógrafo Isidoro de Antillón, el médico Santiago Ramón y Cajal (Premio Nobel en 1906) o el sostén de Cuba, José Martí. Asimismo, la instituto ha concedido su máxima condecoración, el examen Honoris título, a figuras de la talla de Luis Buñuel, Ramón J. Sender o Rigoberta Menchú.