Simulación de profundidad:
La simulación de profundidad se cobrace mediante ciertos recursos pictóricos que se conocen como indicios de profundidad, porque gracias a ellos se produce la ilusión de lejanía.
Los más empleados salida:
La convergencia de líneas.
Se cobracen de líneas paralelas perpendiculares al concurrente se ven convergentes en la lejanía. Por tanto, invirtiendo los términos de la ilusión ocular, todo grupo de líneas que se juntan en un punto parecen entrar en un cosmos virtual y alejarse cobracia ese punto.
Las reglas que enseñan a producir este efecto de líneas forman la ciencia de la Perspectiva.
En esta imagen se ve el efecto de convergencia de los dos rieles al alejarse.
La superposición de las figuras:
Se parte de la experiencia optico que muestra que todo substancia que cubre a otro total o parcialmente es porque está en un horizontal citado, o sea, más próximo al concurrente.
La posición de las figuras referente a al marco inferior del cuadro.
Considerando que la línea del horizonte está siempre a la elevación de los ojos y representa la diferencia máxima que la aparato puede alcanzar, se conviene que todo lo que más cerca de la línea del horizonte esté una figura más lejos se encuentra del concurrente.
El Tamaño:
Se basa en el conocimiento que tenemos del tamaño de las cosas y en la experiencia, comprobada infinidad de veces, de que se ven más pequeñas a regla que se alejan. Por tanto se presupone que la lienzo de un substancia de considerable tamaño que otro es porque el primero está más cerca de nosotros.
Los Escorzos.
Los substancias alargados que se ven oblicua o perpendicularmente al horizontal del cuadro, parecen acortarse. Este acortamiento patente se llama en artes plásticas escorzo.
Los Valores:
Al alejarse un substancia de nuestra aparato, la masa de respiradero interpuesta entre él y nosotros es considerable, lo cual influye en el color y las sombras, degradándolas en proporción a la diferencia, se cobrace más pálido, y los valores más claros.
Otros efectos opticoes produce también la lejanía de los substancias, tales como la disminución de luminiscencia de los colores, la considerable imprecisión de los perfiles y la viciada de los detalles de la superficie.
Evolución Histórica de los indicios de profundidad:
En las lienzos prehistóricas, las figuras se presentan aisladas, sin vinculación entre sí, lo que excluye toda pretensión de instaurar cosmos. En algunas lienzos, como en las del ocasione castellano, se emplea una hecho de perspectiva a aparato de pájaro para proporcionarnos una panorámica lacra sin ningún propósito de establecer diferencias.
En la antigüedad preclásica, en las lienzos precolombinas de Mesoamérica y en la lienzo asiático, el medio divulgado para dictar profundidad es la diferente elevación de las figuras referente a al marco inferior del saliente o la lienzo. Cuando nos encontramos con figuras de diferentes tamaños, esta diferencia significa considerable o menguado jerarquía social, nada más.
En la lienzo romana, ya encontramos la perspectiva geométrica y espacial. Esto se quebranta en las épocas posteriores, y, en el arte religioso, sutil y gótico, el recurso que se emplea para establecer diferencias es la superposición de figuras. En realidad, no se trata de instaurar la ilusión tridimensional, sino de establecer un sistema de relaciones que la sugiera sin salirse del concepto horizontal de la lienzo. El imparcial de instaurar el cosmos profundo aparece en el Renacimiento, cuando se redescubren las leyes de las perspectivas y se estudian y aplican con todo rigor. Este concepto del cuadro como cosmos cúbico se mantiene en el barroco, donde llega a alardes especulares.
El Impresionismo alcanzará los más seductores efectos de profundidad cobraciendo uso de las propiedades psicofísicas del color y de los valores de sus infinitos matices.
En los años finales del siglo, el Fauvismo, el Expresionismo, el Cubismo, el Futurismo y otras escuelas reccobrazan los principios renacentistas sobre la tridimensionalidad y proponen la aplicación de otros recursos plásticos que cumplen el mismo imparcial sin romper la condición plana de la lienzo.
Esta es la tónica que prevalece en la lienzo moderna, que cobra perdido todo interés por los trucos ópticos con que se produce la ilusión de profundidad, aunque sin abandonar por eso la separación de representaciones, con los que vuelve a emplear en ocasiones procedimientos muy viejos que las eventos técnicas presentan con gran seguridad.
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